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  Telemadrid - | 30/09/09 |
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Cristiano impone el ritmo de un Real Madrid que se da un paseo en casa sin jugar en equipo
Se ha lesionado, pero se ha salido por todas pates. Cristiano Ronaldo ha metido dos de los tres gloes de su equipo y ha sido víctima del penalti que Kaká a transformado sin ninguna piedad. El Real Madid ha hecho un partido basado en jugadas individuales y en sólo seis minutos de la segunda parte ha acabado por definir con tres goles todos los tiros que no entraron en la primera.
 
  Aunque la victoria de los blancos ha sido de largo sobrada, Manuel Pellegrini no encuentra el sistema y comienza a ser preocupante. Ha tenido cinco partidos de Liga y dos de Liga de Campeones para ir dando con la tecla. El Real Madrid carbura en resultados pero no en juego de equipo. Define los partidos por genialidades de sus estrellas. Por individualidades o la asociación en un corto espacio de dos futbolistas, pero el bloque no genera el fútbol esperado.

Las rotaciones ocultan en ocasiones duras decisiones. Ante el Olympique, las aparcó el técnico madridista para mostrar a Europa que en su proyecto Raúl González es suplente. Fue el primer día que el capitán protagonizó una extraña imagen. El máximo goleador de la 'Champions' escuchó el himno en el banco y se pasó la segunda parte calentando, loco por salir a engrandecer su leyenda.

Pellegrini mantiene inamovible la pareja de doble pivote, aunque Fernando Gago chirría junto a Xabi Alonso, que solo se bastaría para dar equilibrio y lanzar el juego. Guti inventa donde hay hueco y los tres de arriba -hoy Kaká, Cristiano Ronaldo y Benzema-, tienen libertad de movimientos. Las bandas están huérfanas.

Regresaba Fernando Morientes al Santiago Bernabéu. Su gol con el Mónaco con el que la etapa galáctica inició su caída, estuvo en la mente de todos. El 'factor Morientes', siempre goleador en duelos clave, no lo quiso dejar escapar Didier Deschamps, que tiene en Niang una perla por explotar.

En ese juego a impulsos que marca el inicio de temporada del Real Madrid, a la velocidad de Cristiano, el balón no fue de dominio local y el Olympique asomó más por el área de Iker Casillas en el primer acto.

EN LA PRIMERA PARTE EL BALÓN SE OBCECÓ EN NO ENTRAR

Sin la fuente que genera fútbol activada, con Gago perdiendo balones y creando ocasiones del rival, el Real Madrid quedó en función de la visión de Guti, o las acciones individuales de Kaká y Cristiano. Tardó 24 minutos en tirar a puerta, en una doble ocasión de Kaká, pero antes ya había tenido que intervenir Casillas, en su partido más exigente, especialmente brillante ante Niang, cuando tras un regalo de Gago, se plantó solo ante Iker, que salvó con la mano derecha.

El Real Madrid tenía más 'estilo Pellegrini' en pretemporada. Cristiano, cansado de esperar, se creó sus ocasiones. Ante lo complicado de llegar al área, inventó dos disparos desde 35 metros que sacó con apuros Mandanda, de puños. No estaba Raúl para rebañar.

En ese impulso el Real Madrid pudo encontrar el gol. Un centro milimétrico de Sergio Ramos lo sacó con los pies el portero internacional francés, y la mejor jugada de equipo inventada por Guti acabó en una chilena de Benzema que no fue gol por poco.

Pintaba igual la segunda parte, con el Real Madrid atascado, cuando en dos minutos todo quedó sentenciado. Pepe lanzó un pase que cruzó el campo hasta llegar a Cristiano, paciente en el mano a mano para superar por bajo a Mandanda (min.58).

CRISTIANO LE DA LA VUELTA AL PARITDO

En un arranque de rabia del portugués, desequilibró partiendo de la banda izquierda, adentrándose en el área donde Heinze, que también regresaba a la que fue su casa, no le cazó por milímetros, pero sí Diawara, en una acción dudosa porque tocó primero el balón. Se marchó antes de tiempo a la ducha, expulsado, y Kaká no perdonó la pena máxima.

La acción lesionó a Cristiano en el tobillo izquierdo, pero antes de irse volvió a marcar en la mejor jugada de la noche. Guti encontró el desmarque de Benzema, que en dos metros se asoció con Kaká en pared, para regalar el gol al portugués.

En un abrir y cerrar de ojos todo estaba sentenciado y el Olympique jugaba en inferioridad numérica. Niang no paró de luchar e Iker de parar sus disparos. Pellegrini dio descanso a Ramos, pensando en Sevilla, y terminó acudiendo a los dos delanteros señalados hoy por sus suplencias, Gonzalo Higuaín y Raúl.

Salió ansioso de demostrar y marcar el 'Pipita'. Le condujo a perdonar tres claras ocasiones para cerrar una noche en la que el Real Madrid se quedó líder en solitario del Grupo C, tras el pinchazo del Milán ante el Zúrich, y en la que Cristiano cambió el rumbo en el camino madridista de corregir errores del pasado en la fase de grupos para el fatídico cruce de octavos.
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