¿Tiene razón Pitarch?
Jesús García Pitarch, secretario técnico del Atlético de Madrid, se ha convertido en diana de las críticas de la afición rojiblanca, harta ya de carencias y deseosa de contar con unos laterales como dios manda y un jugador que sepa mover al equipo con criterio. Pero no hay dinero. Esto es lo que hay. Ochenta millones. No más. Así de clarito lo ha dejado y, aunque sea ésta una mera justificación de latente ineficacia, la frasecita en si encierra ciertas verdades.
Repasemos sus explicaciones:
”¿Históricamente estamos entre los tres grandes? Sí; segunda pregunta ¿competimos igual? No. Nosotros somos Sociedad Anónima Deportiva y ellos no. ¿Cuál es nuestra ilusión? la de llegar (a luchar por el título de Liga). ¿Cuál es nuestra posibilidad? No es fácil”.
Yo me pregunto. ¿Le falta razón? Pues creo que, en esto, no. De hecho, por mucho que digamos que el fútbol es imprevisible, todos sabemos que la Liga se la llevarán el Madrid o el Barcelona, sino juégate el dinero a lo contrario.
Y acierta también al señalar, como una de las causas, la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, que pretendía mejorar la transparencia económica y jurídica de las empresas que operaban en el mundo del deporte profesional en España y abrir la puerta a posibles salidas al mercado de valores. Lo hizo obligando a los clubs de futbol a convertirse en sociedades anónimas, con lo que ello supone, exceptuando a unos cuantos, entre ellos curiosamente al Madrid y Barcelona.
Desde esta injusta normativa, las distancias deportivas entre los dos grandes y el resto se han acrecentado. Unos van a la guerra muy animosos cargados con cajas de perdigones, mientras otros llevan alta tecnología militar de la NASA. Unos gastan, otros venden. Unos corren cargados de dinamita, otros disparan misiles tierra-aire.
Si a esto le sumamos el reparto de derechos televisivos, la “grandísima fractura deportiva” como dice Pitarch hay en la Liga, se acrecienta. Los blancos se gastarán 350 millones de euros, en dos años en fichajes que amortizarán vendiendo camisetas. Los de enfrente, cinco o nada.
¿Esto consuela a la afición rojiblanca? No. Su historia escrita, les confrontaba siempre con los grandes. Algo que no creen posible, en estas circunstancias, ni los dueños, ni sus directivos.
Por eso, los pitos de una afición rojiblanca harta de tomaduras de pelo. Pero señores, Quevedo tenía razón. ¿Cuán poderoso caballero es don dinero? Me lo recordó en el bar Nelson, rojiblanco de pro, tras el partido del Madrid-Depor.
