Tiembla Florentino. Sin buen fútbol, el negocio se acaba

Mientras, Alcorcón festejaba por todo lo alto la lección de fútbol impartida un día antes a las estrellas blancas, Florentino, su jefe, pedía tranquilidad a su afición. “La historia del Madrid está por encima de un partido concreto, no se puede exagerar y crear convulsiones”, apelaba el mandatario blanco.

Hay que “dar tiempo al equipo, que es nuevo, para que se acople y seguro que llegan los buenos resultados”. Frases hechas y obligadas tras el lamentable espectáculo dado y la indignación desatada. “Si algo he aprendido es que debo abstraerme de la pasión. Tenemos que dejar que los profesionales trabajen, tener paciencia y no dejarnos llevar por los resultados de cada día”, añadió.

 ¿Alguien se lo cree? Pienso que no.  La guillotina para Pellegrini, según anuncian todos los voceros, está ya preparada.  

Pero Florentino sigue erre que erre con su discurso.  “He vuelto a la presidencia con una ilusión aún mayor que la del año 2000, vuelvo con más ideas, más fuerza y más pasión que nunca. Tenemos un proyecto espectacular”, repite clonándose asimismo una y otra vez.

Pues va a ser también que no. Ni el proyecto es espectacular, sino el de siempre; ni hay nuevas ideas encima de la mesa. Más bien, lo que hay en mente son nuevos negocios y 240 millones en fichajes de jugadores estrellados,  incapaces de ganar y/o perder con dignidad ante un Segunda B.

Florentino lo que tiene que hacer, de una vez por todas, es darse cuenta de que sin buen fútbol, su discurso no cala, y el negocio se acaba.

Ahora, vuelta a empezar…

Y dicen que la solución pasa por el retorno de Valdano a los banquillos. El cementerio está lleno de ciegos, sordos y equivocados.