El día que el Atleti casi gana la Copa de Europa

La bolita se comportó y ya sabemos con quien se juega el Atleti el pase a la liguilla de la Champions. Le tocó en suerte el Panathinaikos. Néstor, aunque sigue erre que erre con su soñado doblete, se muestra muy confiado. Da por seguro el pase y dice que “el 19 se estrenará pantalla plana para celebrarlo”.

Néstor se olvida de muchas cosas. La principal: El que juega es el Atleti, ‘el rompe crónicas’, como le llama mi amigo ‘El Ochoa’. Pero es que Néstor, como ya sabéis, es dominicano y debutó de colchonero un poquito tarde. Fue en el 88, recién llegado a España. Así que, de pifias, gestas heroicas y partidos locos rojiblancos, sabe bien poco. Rafa, el Enciclopedias, por si acaso, estaba allí para recordárselo.

“Néstor, déjate de dramas y ponme una caña. Igual le metéis cinco que acabáis con tres expulsados”, dijo. Y no le falta razón. Pero por si acaso Néstor andaba despitado, va el tipo y le suelta una pequeña y cruel lección sobre historia rojiblanca. Eligió, para tal ocasión, el día en que el Atleti casi gana la Copa de Europa. Ocurrió un San Isidro. El 15 de mayo de 1974.

“Épica temporada aquella en que se jugó el pase a la final, tras vencer en semifinales al Celtic de Glasgow y dejar previamente en el camino al Estrella Roja de Belgrado. Pero claro, la final se la jugaba con el Bayer de Munich, en que, por entonces, jugaban gente de la talla de Maier, Beckenbauer o Torpedo Muller…

El caso es que, aunque la cosa pintaba mal, el Atleti jugó bien plantado, sin perderle la cara al partido, y superando a los germanos que partían como favoritos. Así que el partido resultó vibrante, no tanto por el juego, que lo hubo, sino por la incertidumbre del resultado…

 En la segunda parte de la prórroga, el Atleti acabó adelantándose con un auténtico golazo. Falta directa. Luis Aragonés coge la pelota. `Esta es la mía´, se dice. La coloca…Uno, dos, tres pasos. Golpea. El balón pasa por encima de la barrrera y se clava por toda la escuadra. El tipo antes de que la pelota entrara, y con el mítico Maier mirando como se colaba, ya estaba celebrándolo con los brazos en alto…Pero claro, ete ahí, que faltaban unos minutos. Y un alemán, al que nadie esperaba, va y jode la cosa.

Schwarzenbeck, defensa, así se llamaba. Casi desde el centro del campo, el tipo dispara a puerta y el balón pasa…y pasa… y pasa entre unos y otros… ¡Zas!… Reina se lo traga… El sueño duró unos minutos. Empate a uno. Y como no había penaltis, dos días después, el partido de desempate. Los alemanes os clavaron cuatro”.

¡Qué mala leche tiene, a veces, El Enciclopedia!. Además, Néstor va y le invita a la caña.

Así son los del atleti, agradecidos sufridores, aunque hallan venido de muy lejos…