Néstor recalentaba la leche por quinta vez en la mañana y el Marca pasaba de mano en mano. Su bar había visto incrementada su clientela mañanera este mes de agosto. Era el único que permanecía abierto en el barrio y pasó a despachar de golpe el doble de desayunos de lo que estaba acostumbrado. Entre los presentes: Rafa, El Enciclopedia; Pepe, El Panadero; Manolón, El Taxista; Eusebio, El Prejubilado, y otros tantos, enfrascados en otra de sus habituales discusiones futboleras.
La de hoy se inició tras el resumen televisivo de la pretemporada del Barca y el Madrid al otro lado del Atlántico. La tertulia competía en contaminación acústica con el sonido chirriante procedente del grifo del vapor calentando la leche en la jarra de acero inoxidable y versó sobre a quién consideraban el mejor jugador del Mundo. La lista no deparaba sorpresa. Los nombres enseguida se limitaron a dos: Messi, por supuesto, y Cristiano Ronaldo.
Cada uno de los presentes se dedicó a defender las virtudes futboleras de las mencionadas estrellas, condicionados, eso sí, por sus sentimientos de pertenencia a unos colores. Pepe, El Panadero y Eusebio, El Prejubilado, defendieron con pasión guerrera y gritos varios, las excelencias futbolísticas de Cristiano Ronaldo. Desborde, regate, velocidad, definición, comentaron, repitiendo las características que una y otra vez habían escuchado de boca de periodistas, comentaristas y tertulianos varios. “Si hasta tira bien los penaltis”, se oye decir, a uno de ellos, tras alabar sus taconcitos y golpeos.
”Pero de que hablas, si apenas le habéis visto jugar”, dijo Manolón, de claro sentimiento rojiblanco. “El movimiento se demuestra andando. Y Cristiano en las grandes citas, cuando hay que dar la cara, pasa desapercibido…”, remató el susodicho.
Se refería, con razón, a la última Eurocopa y a la pasada final de la Champions, donde el presumible crack blanco no pudo o no supo dar la talla. La gloria cayó del otro lado.
Manolón, que es muy chistoso, no tardó en ponerle mote propio. Cuando aparece en pantalla ya le llama “El posturitas, Ronaldo”.
Messi, por comparación, también se llevó lo suyo. De él dijeron cosas como que le falta presencia, que no cabecea o que es un zurdo cerrado. Cómo Maradona, vamos. Sus virtudes, claro, las olvidaron. Pero en un arrebato de sincera objetividad, que tiene que ver mucho con esto del fútbol, Pepe, El Talibán blanco, dijo: “Ya quisiera Messi vender en China las camisetas de Cristiano”. Se retrató el tipo con dicho comentario.
Florentino tiene que estar contento. Su discurso futbolero le llega ya a la afición blanca muy adentro. Pero lo de China… No sé yo. Allí, probablemente, como mucho, piratearán las dichosas camisetas, y si sacan calderilla serán para pagar propinas.
Y es que en esto del fútbol nada sorprende. Forofismo de barra de bar. Vamos, como la política: Militancia pura, donde uno del PSOE o el PP, poco o nada le va a reconocer a su contrario, aunque luego se vayan juntos de cañas o sean comparsas de las listas del paro.
¿Qué esperamos entonces con una pelota rodando y la Champions a la vuelta de la esquina? Los del Madrid, el triplete, que las semillas plantadas por Florentino ya parecen dar sus brotes verdes. Los del Barcelona, poco más o menos, lo mismo. Y los del Atleti, pues no tener que aguantar al final de curso los chistes de ninguno.
Lo curioso del caso, es que en estos mitineros comentarios del desayuno, se coló de rondón otro nombre. Lo apuntó, Rafa, El Enciclopedia, sevillano de nacimiento y madrileño de adopción, aunque su corazón sigue siendo del Betis. ”Iniesta”, dijo. Ahí sí que si todos estuvieron de acuerdo, incluso, El Talibán Blanco.
Para entonces Néstor recalentaba por séptima vez la jarra de leche. Él sigue creyendo en el doblete. Su Atleti ganó este sábado al Liverpool.